RAJOY PINCHÓ

Se podría decir que el líder de la oposición ha caído en la trampa de Zapatero. Desde hace varias semanas el PSOE ha ido alimentando la idea de que Rajoy es el bueno del PP pero que está rodeado de radicales derechistas como Acebes o Zaplana. Esto ha podido influir –negativamente- en el discurso de Mariano Rajoy en el debate sobre el estado de La Nación.

Otro descuido de la cúpula del PP ha sido anunciar a bombo y platillo que tratarían el tema de la inmigración y la seguridad ciudadana permitiendo a Zapatero estar bien preparado con datos para la réplica. Por último, excluir del debate el tema del alto el fuego de la banda terrorista ETA.

Muy poco afortunado ha sido seleccionar el tema de la inmigración y la seguridad ciudadana como arma arrojadiza contra el Gobierno. Con el PP empezaron las inmigraciones masivas y los procesos de regularización, al igual que la inseguridad ciudadana que ya existía en la legislatura anterior. Zapatero fue ágil presentando los datos de la legislatura anterior en donde Rajoy fue ministro del Interior.

Hizo hincapié en temas que fácilmente podían ser rebatidos por Zapatero y este le llevo a su campo. ¿cúal era el campo de Rajoy? Analizar caso por caso todos los errores y defectos del Gobierno socialista. Realizar afirmaciones contundentes y claras. Sobretodo en política territorial, política antiterrorista, el caso Bono, el caos del tripartito, las alianzas de los socialistas, el famoso 3%, la política hidráulica, datos sobre educación, vivienda. Hechos que son directamente imputables al Gobierno.

Fueron temas que salieron pero en donde Rajoy no supo pronunciarse con claridad y adoptó una actitud superficial y poco contundente. Esos temas tratados con dureza dialéctica hubieran dejado en evidencia al Gobierno y no los temas de inmigración e inseguridad ciudadana que no son imputables directamente al Gobierno.

Zapatero estuvo ágil en la retórica, utilizando frases contundentes y datos objetivos. No adopto una posición defensiva como en otras ocasiones, estuvo al ataque. Rajoy perdonó porqué quizá pensó que su papel debía ser el del “bueno” pero los socialistas no dejan pasar las oportunidades.

En cuanto al contenido, Zapatero, en su línea habitual, siguió instalado en la demagogia. Volvió a la España de 1978, citó a Fraga, nombró a Alianza Popular y volvió a sacar el tema de las Azores y las torturas de Abu Graib relacionando y metiendo en el mismo saco al PP y al ejército español. No contestó a las preguntas formuladas por Rajoy y únicamente se remitió a los datos de años anteriores para tapar las grietas de su gestión.