LA CONQUISTA ESPAÑOLA Y EL POPULISMO AMERICANO.

España y la UE muestran su preocupación por la maniobra del presidente boliviano Evo Morales. Éste, como es ya sabido, ha nacionalizado las principales compañías petroleras de Ibero América.

No voy ha analizar las graves consecuencias económicas que está decisión reportará a los bolivianos. Pero si voy a analizar las polémicas declaraciones del presidente relacionando la nacionalización con “500 años de conquista española”.

¿Qué hay detrás del resurgimiento populista latinoamericano? ¿en que ideología se fundamenta? Hay que partir de la base que en Hispanoamérica hay dos modelos políticos: los países más desarrollados apuestan por sistemas liberales –Argentina y Chile- y por otro lado, los países menos desarrollados por un modelo que mezcla lo comunista, lo religioso y lo nacionalista.

Cuba, Venezuela y Bolivia. Se puede apuntar próximamente Perú. Todos ellos parten de una fundamentación simple: la situación de nuestros países es fruto del colonialismo. Primero de los españoles y después de los americanos. Por tanto, no dudan en remontarse al año 1492.

Los indígenas estaban muy bien antes de la llegada de los españoles y a raíz de ello sus tierras fueron explotadas en nombre del cristianismo. ¿es verdad o por el contrario es una exageración que proviene de la leyenda negra española? Ya me encargare en otro artículo de analizar profundamente esta pregunta.

Ahora el pueblo bolivariano ha hablado y si de verdad creen que antes de los españoles estaban mejor, les reto a que retornen a sus anteriores sistemas de gobierno. Que oficialicen su lengua primitiva, su religión precolombina, sus antiguas tradiciones y costumbres.

Al fin y al cabo lo que los españoles llevaron a sudamérica –con sus errores y aciertos- no fue otra cosa que la civilización occidental. Siento decirlo, pero esta civilización se ha hecho a base de destrucción de otras culturas inferiores. Primero fueron las ciudades griegas, de ahí paso a Roma, llego a España alrededor del año 150 a.C y después pasó a América.

Si no les gusta, si no se sienten a gusto en ella pueden libremente rechazarla. Ahora bien, ningún pueblo lo ha hecho y sería absurdo que los españoles guardáramos rencor a Roma por la quema de Sagunto o por la represión sobre Numancia.