martes, febrero 13, 2007

PORTUGAL DICE 'SIM'.



No voy a entrar a valorar las razones por las cuales los portugueses han decidido ampliar los supuestos del aborto. Únicamente me centrare en hacer un análisis de la nueva situación que nace en el país vecino, sus consecuencias y en recordar lo que la biología nos dice sobre el ser humano en periodo de formación.

En 1998 en la nación lusa ya se realizó una consulta popular sobre ese mismo tema. En aquel entonces ganó el ‘no’ por un puñado de votos. Unos años después se vuelve a realizar la misma consulta a la nación. Ha ganado ampliamente el ‘si’, aunque más de la mitad del electorado se ha quedado en casa.

Portugal era uno de los pocos países en donde había una legislación abortista muy restringida. Según los datos oficiales, los abortos en el país luso no superan los mil al año, frente a los más de 80.000 abortos que se producen en España. Los países que no permiten el aborto en Europa se reducen a cuatro: Polonia, Irlanda, Malta y Chipre.

El mal avanza imparable por toda Europa, y no se ha tocado techo. Pasarán decenios hasta que el mal retroceda. Las organizaciones cívicas, las ONG y los movimientos religiosos parecen que sólo tienen la capacidad de retrasar las reformas legales de la muerte. El próximo objetivo es extender el holocausto a toda Iberoamérica.

Las futuras consecuencias para la población lusa serán las que ya se ven en otros países como Francia, España o Gran Bretaña. La perdida generalizada de valores, la muerte silenciosa de miles de seres humanos, el sufrimiento de esas madres, la desunión de las familias, la irresponsabilidad en las relaciones humanas etc…

Parece que abortar sale gratis, que solo se responde de ello en el más allá –si existe-, pero la realidad es que el aborto no sale gratis y las sociedades pro-abortistas lo acaban pagando. Los males que acontecen a nuestras sociedades son fruto de la degradación moral de matar impunemente a un semejante.

Las personas que celebran el resultado del referéndum –ver la foto- solo pueden ser comparables con las masas de alemanes que apoyaban a Hitler cuando defendía la superioridad de la raza alemana. Eso sí, los judíos eran asesinados a ‘puerta cerrada’, mientras que los fetos son asesinados en centros médicos ‘legalmente establecidos’. No veo diferencia alguna entre los que celebraban las victorias hitlerianas, de los que hoy celebran la victoria del asesinato de niños en Portugal.

Finalmente recordar, para aquellos que se les ha olvidado, que de acuerdo con la biología un feto es un ser humano. Es decir, no es otro animal u otra cosa no identificable. Una persona en su fase primaria de formación. La primera etapa de la vida. Por ello la interrupción voluntaria del embarazo supone eliminar la vida de un ser humano. Han convertido el Derecho y el poder legislativo en un autentico dios, que se pone por encima del bien y del mal, de lo injusto y de lo justo.

La pregunta del referéndum de Portugal decía así “"¿Aprueba usted la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo si es realizada, por opción de la mujer, en las primeras diez semanas, en un establecimiento sanitario legalmente autorizado?". Me pregunto si la Alemania nazi hubiera formulado esta misma pregunta con respecto a los judíos, hubiera quedado así “¿Aprueba usted un trato diferenciado de la comunidad judía, si es realizada, por opción del afectado y en un plazo breve de tiempo, para una mejor integración posterior, en un establecimiento social legalmente autorizado?”

La cuestión es evitar la palabra aborto, muerte, ser humano y clínica abortiva. Utilizando eufemismo similares ha los que utilizaban los nazis para engañar a la población.