lunes, febrero 19, 2007

11-M: COMIENZA EL JUICIO.


11-M: COMIENZA EL JUICIO.

La semana pasada comenzó el juicio por los atentados de Madrid del año 2004. Mis primeras reflexiones son las siguientes. Las personas que están sentadas en el banquillo de los acusados no responden al prototipo de terrorista islamista.

No responden por varias cuestiones: por un lado, fueron los primeros islamistas en la historia del terrorismo yihadista que no se inmolaron en los atentados. El terrorista islamista, es el que muere como ‘mártir’. En los atentados de Madrid esto no sucedió así.

Por otro lado, los acusados han negado su relación con la masacre y además han condenado la infamia. También, se ha permitido dar algunas lecciones de proselitismo religioso al explicar al tribunal en que consiste la verdadera ‘Yihad’ y que ellos son musulmanes pacíficos y “normales”.

Echando la vista atrás, en los atentados de Nueva York, el único detenido se mostró desafiante ante el tribunal y declaró que le hubiera gustado haber podido participar como autor material en los mismos. Del mismo modo en otros juicios similares en Estambul o Yakarta los terroristas detenidos hacían proclamas amenazantes ante Occidente.

De los presuntos autores, uno dice que estaba durmiendo y que colaboró con la Guardia Civil –algo verificado-, los otros condenan la masacre y niegan su participación en el mismo…Cada uno que juzgue a la vista de las declaraciones de los imputados, pero es evidente que no cuadran muchas cosas.

Ante esto es normal que los defensores de la teoría oficial estén algo nerviosos. Desde ‘El País’ se ha sugerido que los terroristas tienen un manual para negarlo todo y mentir ante los tribunales. Mi pregunta es ¿solo mienten los terroristas que actúan en España? Por otro lado parece absurdo, porque no es un manual, sino que la Constitución Española consagra el derecho de los acusados a no declarar.

En definitiva, no hay que ser muy listo para darse cuenta que los que ahora mismo se sientan en el banquillo de los acusados no responden al típico yihadista dispuesto a morir por Alá matando a 192 personas. Tanto es así que medios como ‘El País’ o periodistas como Sopena tengan que redactar manuales al estilo ‘el Boletín Oficial de los Yihadistas’.